El término hiperhidrosis (palabra compuesta, hiper: exceso, hidrosis: producción de sudor) se refiere al exceso de sudoración que afecta principalmente a las palmas de las manos y los pies, las axilas o la cara. Aunque tradicionalmente se habla de la afectación de zonas corporales, poco se menciona de la grave repercusión psicológica, ya que es un trastorno que puede afectar negativamente la autoestima y el desempeño social de las personas afectadas.
Este exceso de sudor (hiperhidrosis) es causado por un incremento (o exceso) en la actividad de las glándulas sudoríparas de las zonas del cuerpo (principalmente las axilas y las palmas de las manos), las cuales producen más cantidad de sudor de la necesaria, habitualmente para controlar la temperatura normal del organismo. Esta alteración suele iniciarse en la infancia o pubertad y normalmente dura toda la vida cuando no se realiza ningún tratamiento. Tradicionalmente la solución era radical y quirúrgica, con métodos que dejaban graves complicaciones. Hoy día, gracias a los avances en la Medicina Estética, esta situación tiene solución no invasiva y sin las complicaciones del procedimiento quirúrgico.
Este trastorno provoca en muchos casos alteración de la vida social, haciendo que la persona afectada se sienta incómoda con solo dar la mano para saludar o al levantar un brazo, pues sus prendas de vestir suelen estar empapadas en sudor.
La hiperhidrosis es un trastorno que se puede mitigar con la aplicación de inyecciones de Toxina Botulínica tipo A (tradicionalmente conocida como Botox). Esta toxina se encarga de bloquear los mensajes procedentes de los nervios simpáticos los cuales ordenan la producción de sudor, logrando la normalización del sudor axilar, palmar y plantar. Los efectos del tratamiento suelen durar de unos cuatro a seis meses, y suelen ser más duraderos que con los otros usos que se le da a la toxina botulínica hoy en día.
El grado de satisfacción de los pacientes es muy alto, ya que no sólo corrige el problema del exceso de sudoración, sino que indirectamente y en la mayoría de los casos proporciona bienestar psicológico al eliminar la causa que impide el correcto desempeño social de los pacientes afectados.
El tratamiento no requiere anestesia, se realiza en la consulta médica en un tiempo medio entre 15-30 minutos, y sus efectos comienzan a hacerse notorios a partir del 4 día postratamiento, con una duración promedio de 5 a 6 meses (incluso superior en algunos casos).